Branded content es un contenido producido o coproducido por una marca que informa, entretiene, inspira y/o educa y que une lo que la marca quiere mostrar con lo que el público al que se dirige quiere ver.

Mientras la publicidad tradicional se concibe desde el impacto o alcance (a cuántos consumidores les llega mi mensaje, lo quieran o no), el branded content nace para aportar valor y siempre de una forma no intrusiva. Es decir, de alguna manera es el público objetivo el que busca y entra deliberadamente en el mensaje y no al revés. Además, y frente a la publicidad convencional, el branded content nos ofrece una serie de oportunidades diferenciales:

Está centrado en los valores de la marca, no en sus productos o sus servicios. Aunque puede adoptar el formato de un spot en vídeo clásico, su esencia no tiene nada que ver, ya que se basa más en las cualidades intangibles de la marca que en las características concretas de su oferta.

Construye preferencia y consideración. El contenido debe estar alineado con los valores de la marca: si los consumidores lo eligen, están demostrando un compromiso libre con el anunciante y, así, aunque no haya venta directa, estar en las preferencias de los consumidores.

Se sirve a audiencias globales y también parciales. Cuando el contenido es útil y gusta, es recomendado de manera desinteresada. Se comparte con el entorno, a través de plataformas sociales, porque el consumidor considera que es relevante y pertinente para su círculo de influencia.

Contar mucho más. El branded content es multiplataforma y no tiene reglas de duración. Podemos contarlo todo, siempre y cuando mantengamos el interés de la audiencia.

Generar credibilidad y huella. El branded content no solo es alcance —que puede comprarse— sino huella: y esta se gana limpiamente, dejando una impresión duradera en los consumidores.

Saltarse los adblockers. El buen branded content esquiva las herramientas que bloquean la publicidad porque se publica como contenido y es el consumidor quien lo busca.

Y lo más importante: alcanzar los objetivos estratégicos de las marcas: el branded trabaja a medio y largo plazo, construyendo e incrementando el valor de la marca y, además, enfocado correctamente, también puede servir a los objetivos más urgentes de negocio.